lunes, 15 de junio de 2009

palabras sin sentido, nº4: procastinador

El procastinador toma la firme decisión de hacer una cosa mañana, decisión que volverá a ser aplazada con la misma resolución al día siguiente

así comienza la interesante definición en una página de internet de lo que siempre pensé que era sólo mío, y más bien limitante; no precisamente motivo para sacar pecho, y causa de situaciones que podrían haberse resuelto ayer.

la palabra viene de un término anglosajón, y la escuché por primera vez el viernes, así que ha sido un descubrimiento, y un estímulo para mi área de Wernicke, que como sabéis, o intuís, se encargó de decir a mi cerebro que, por mucho que mis oídos estuviesen entendiendo perfectamente "procastinador", esa palabra no tenía ningún sentido para mí.

no me engañéis, la mayoría no habíais escuchado tampoco el palabro, pero seguro que ahora mismo tenéis en la cabeza a unos pocos procastinadores o procastinadoras contumaces. No tengáis vergüenza, yo lo soy, por eso no he empezado a escribir esto hasta hoy... porque fue el viernes cuando descubrí que otro de mis defectos tenía este nombre.

"Mañana mismo voy al banco y cancelo la cuenta"
"Sí, mañana pasaré por el gimnasio y me pongo a correr"
"Mañana le digo a este que me devuelva la pasta"
¿no os suena? A mi sí, algunos de esos mañanas de hecho aún no han llegado. Si alguna vez os anuncio el fin del mundo, quedad tranquilos, conmigo no hay cuidado.

lo mejor de todo es haberme enterado así, por la radio y sin previo aviso, y simplemente porque, como contaba la locutora, los procastinadores (no me acostumbro a leer esta palabra sin pensar en pederastia, sadomasoquismo o algo por el estilo) habían decidido salir del armario y reivindicar sus derechos. No... no sé cuáles son, pero seguiré atento la evolución de esta solicitud, no sea que por fin tenga una excusa para no venir a trabajar. Explicó la mujer lo que es ser procastinador, entrevistó a un experto y practicante, y finalmente contó que habían quedado todos en el Retiro (hasta el lugar llama la atención) para hacerse visibles, "a las 18:30 de mañana sábado"


"aunque- añadió ella muy irónica- quién sabe si se presentará alguno, o si lo dejarán para pasadomañana"

martes, 9 de junio de 2009

martes y una canción

hoy no tengo muchas ganas de casi nada

he venido casi rodando desde la cama, creo que no estoy ni despierto, menos mal que no me véis el careto

he visto en la televisión que todo sigue más o menos igual, y que unos pocos mediocres continúan en su carrera por dominarlo todo y convencerse de que valen para ello; nos han dado la Kaka un rato como todos los días con lo mismo, con los mismos; nos han prometido que habrá dinero y coches para todo el mundo;

sí, agradezco no estar en paro ni tener gripe A. Aunque soy capaz de todo, ojo, que si me pongo también puedo

después de las dos valencianas con el café, he vuelto a pensar que la vida está fuera de todo eso, que tenía que bajar a la Loli y espabilar, que hoy había cosas que hacer

no, no es buena manera de empezar, si me ven los de Special K o los de Donuts me echan la bronca por no venir con cara de contento a currar.
hace frío, no me parece junio
en fin, que lo que me apetecería es tomarme un café con vosotros, que me contárais qué vais a hacer en vacaciones, o si ya tenéis curro, o que os habéis encontrado con la guapa del instituto, pero mucho más gorda y despojada de encanto; lo que fuera

pero al llegar aquí he recordado que quizá era buen momento para cambiar la foto de la portada (gracias, Mariano, está genial), buscar algo en el youtube y ponerme música para empezar el martes

así que si os parece nos ponemos las pilas, os dejo una canción para levantar el cuerpo, y de paso me decís si os gusta Natacha Atlas

¿eh? sí: yo la vi en concierto hará... dos años, no llega. Y os aseguro que tiene la fuerza que parece y aún un poco más como para bailar en la penumbra del escenario, girando sobre si misma durante más de dos minutos, el pelo como un molinillo, y echando pétalos bajos sus propios pies

ahora, hoy Natacha también se ha levantado con cara de pocos amigos, no nos vamos a engañar, porque a fin de cuentas un martes siempre es un martes